Es claro que las empresas deben inyectar capital en materia
de seguridad y protección de datos con el fin de impedir posibles fraudes. Sin
embargo, muchas empresas no lo toman en cuenta como un factor de vital importancia
quedando expuestas, hasta el punto de que antes de no ser víctimas de estafas, la seguridad digital no forma parte activa de su portafolio de inversión y no
es foco de preocupación por parte de los directivos. Estos últimos, no poseen
los conocimientos necesarios para enfrentar problemáticas entorno a este tema, tal
es el caso de países como EE.UU, Japón y Alemania entre otros, no obstante
poseen la obligación de disponer de una herramienta que direccione este
departamento. Por tanto, la problemática radica en la falta de competitividad por parte de
los directivos como personas íntegras, quienes deben ser capaces de prestar
atención y desenvolverse en todas las áreas de la empresa sin menospreciar la
importancia que cada una significa para la misma, esto teniendo en cuenta que los temas de seguridad juegan un papel sustancial en la organización.
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